Es una obra colombiana en la que el autor nos remonta hacia los años 20’s. Época en la que surgieron los primeros escollos de lo que hoy conocemos como el desplazamiento. Tiempos en los que los partidos tanto liberales como conservadores buscaban ocupar los puestos políticos más altos.
Estos procesos marcaron en la vida del campesino ciertos cambios económicos y políticos, pues cada líder político quería apropiarse de las tierras de los pobres campesinos, para así obtener mas riquezas y poder, no como un medio de producción, sino mas bien de dominio.
Estos acontecimientos ocasionaron las llamadas migraciones, y algunas protestas sociales, pues el gobierno dio a conocer su idea de que “la tierra no es del que la trabaja, sino de quien ostenta su titulo”. Esto llevó a que se crearan diferentes grupos armados, y comenzaron a caer las cabezas de algunos dirigentes, lideres políticos, y cientos y cientos de campesinos que no entendían muy bien lo que sucedía.
Es así como el autor destaca lugares estratégicos como el Urabá y el Magdalena Medio. Por supuesto lugares de los que se esperaba mucho, por sus grandes proyectos venideros, y su gran auge económico.
Por esta razón, la guerrilla como se les llamo a estos grupos, tomaron partido de esto y crearon una cultura de defensa propia y hacia los campesinos que labraban las tierras.
Es así, como los campesinos que habitaban estas tierras se fueron lucrando con el cultivo de la coca y de la marihuana, ganando de esta manera grandes riquezas para si mismos e igualmente para financiar de cierto modo a estos grupos armados.
De este modo, el desplazamiento realmente fue iniciado por las fuerzas militares, quienes fueron despojando a los campesinos de sus tierras, para además interrumpir las ayudas económicas brindadas a las guerrillas, y poder atacarlos mas fácilmente.
En mi opinión, el desplazamiento es algo netamente económico-político, que se da por la búsqueda del poder, y que tiene en medio a una gran cantidad de inocentes campesinos. Que lo único que desean es vivir trabajando en paz, como lo han hecho sus generaciones pasadas.